domingo, 13 de enero de 2019

10 Especies Mexicanas En Peligro De Extinción

Si tuviéramos un país mas limpio y mas consciente del daño que les causamos a estos animales, todo seria diferente. Proteger a los animales en peligro de extinción se ha convertido casi en una obligación en éstos últimos tiempos, ya que aunque hayamos progresado mucho social y tecnológicamente, también hemos dado un pequeño paso hacia atrás en cuanto a la protección del medio ambiente y de sus habitantes.

El tapir se encuentra en peligro de extinción, es un animal corpulento, con piernas cortas y nariz alargada, similar a una trompa pequeña, el tapires bairdii es la única especie que habita en el sureste mexicano, y tan solo puede encontrarse algún que otro ejemplar después de una búsqueda de varios meses.

Entre las razones que han contribuido a la disminución de esta especie están la perdida de su hábitat natural que se ha reducido a un 8% de lo que alguna vez fue, la caza ilegal y la expansión de la civilización hacia territorios en donde se encontraba el león.

En un exhaustivo informe se señala que necesitan una protección inmediata al menos el 25 por 100 de los anfibios y mamíferos, el 11 por 100 de las aves, el 20 por 100 de los reptiles y el 34 por 100 de los peces, además de centenares de especies de invertebrados.

A comienzos del siglo XX, el avistamiento de estas aves era algo muy habitual en toda la Península Ibérica, pero el deterioro de sus hábitats y la caza disminuyeron drásticamente la población hasta que se implementó el programa de protección y reintroducción en los años 80.

En 2008, la caza inmoderada estuvo a punto de ocasionar la extinción de esta especie, pero organizaciones a favor del medio ambiente, prohibieron estas acciones humanas en varios países del mundo establecieron límites autorizados para cazar cierta cantidad al año.

Sólo el calentamiento global del planeta, según Wilson, podría causar la extinción de una cuarta parte de las especies animales y vegetales de la Tierra hacia mediados del siglo XXI, lo que tendría unas consecuencias drásticas, pero que pueden ser evitarse si gobiernos y ciudadanos ponen los medios necesarios para impedirlo.

En los siguientes veinte años se mantuvo una media de entre 600 y 900 toneladas, pero se mataron más animales porque, una vez desaparecieron los grandes machos, con colmillos más grandes, fue necesario matar más individuos para obtener la misma cantidad de marfil.

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